El temor a la mujer, por Sima Samar

  • Por:jobsplan

06

02/2022

El rector de la Universidad de Kabul acaba de anunciar que ninguna mujer podrá enseñar ni estudiar en la universidad, a pesar de que él mismo estudió allí, en la Facultad de Literatura, con un modelo mixto en los últimos años.

Hace tres semanas, sin embargo, el Ministerio de Educación Superior autorizó que las universidades privadas impartieran clases a las mujeres. Si eran más de 15 por aula, estudiaban solas pero si eran menos, una cortina debía separarlas de los hombres. En ausencia de suficientes profesoras, un hombre mayor con buena moral podía enseñar. Pero, ¿quién tiene buena moral? ¿Quienes oprimen a sus esposas e hijas y les impiden una educación?

“Si se educa a una mujer, se educa a una familia y a una sociedad”

El enfoque de los talibanes no es islámico. El primer mensaje al profeta Mahoma (la paz sea con él) fue: iqra ( lee ). Hay una cita del Profeta que dice que todos los musulmanes, tanto hombres como mujeres, tienen que recibir una educación. Los talibanes por tanto, no aplican los principios islámicos.

El acceso a la educación es un derecho humano básico. La falta de acceso tiene consecuencias negativas para la salud de la mitad de la población y para la sociedad en general. El matrimonio infantil aumenta la tasa de mortalidad infantil y materna. La edad reproductiva se prolonga y nacen más niños, pero en Afganistán, la velocidad de crecimiento de la población es muy superior a los recursos disponibles. Eso, a su vez, hace crecer la pobreza y provoca el aumento de los delitos y la radicalización. Las mujeres sin educación no tienen la suficiente confianza en sí mismas para enfrentarse a la violencia doméstica ni cuentan con autonomía para decidir sobre su salud reproductiva.

La violencia en el hogar, lleva a la violencia de los niños en las escuelas y en las calles y en todo el país. Los niños presencian la violencia de sus padres y la replican en su vida personal. El problema continúa durante generaciones.

Tenemos un dicho famoso según el cual, si se educa a un hombre, se educa a una persona y, si se educa a una mujer, se educa a una familia y se educa a una sociedad. Las mujeres educadas tendrán una familia más sana, se opondrán a la violación de sus derechos y no podrán ser oprimidas fácilmente.

Las mujeres educadas pueden velar por el bienestar de sus familias, lo que contribuye a reducir la violencia y la pobreza. También contribuyen al desarrollo de una paz sostenible en el país y, en general, a lograr un mundo mejor.

Quienes tienen miedo de las mujeres educadas, son personas sin confianza en sí mismas y temerosas de perder su poder y su control. Es lo que tenemos hoy en Afganistán. Los talibanes no han cambiado. Como decía una amiga feminista ya fallecida:

“Los hombres de calidad no temen la igualdad”.

El temor a la mujer, por Sima Samar
  • 1635
  • que estudio multipaís sobre la salud de la mujer y la violencia doméstica

Artículos relacionados