Este producto procesado es bueno para tu salud

Los alimentos procesados son aquellos que se procesan de forma industrial, de manera que se modifica el alimento original al añadirle materia grasa, sal, azúcar, aditivos, u otros componentes. Generalmente nos advierten que abusar de estos alimentos no es muy recomendable para la salud por la cantidad de aditivos que llevan.

Los alimentos procesados implican técnicas de procesamiento adicionales como la cocción, la fermentación no alcohólica y el ahumado. Lo cierto es que la mayoría de alimentos que comemos se procesan de una forma u otra, y eso no quiere decir que sean todos malos. De hecho, algunos de ellos pueden representar una buena opción para complementar una dieta equilibrada rica en frutas y verduras. Es el caso, por ejemplo, del pan fresco, el queso y el yogur aromatizado.

En general, los yogures nos aportan beneficios y están recomendados en la mayoría de dietas. Sin embargo, antes de lanzarse a comer cualquier yogur, hay que saber que depende del tipo que sea, puede estar más o menos procesado o incluso ultraprocesado. Por eso es importante informarse del tipo de yogur que vamos a consumir, por ejemplo consultando su composición en la etiqueta.

Puede ser complicado saber si un alimento está mínimamente procesado, procesado o ultraprocesado. Lo importante a tener en cuenta es que los alimentos ultraprocesados no son todos iguales y no son necesariamente insalubres.

Propiedades del yogur

Según la Federación Española de Nutrición, el yogur natural es un producto de leche coagulada obtenida por fermentación láctica mediante la acción de dos tipos de bacterias, Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus, Nos aporta proteínas de alta calidad, además de calcio y fósforo.

En este sentido, el yogur es un buen ejemplo de alimento que sigue siendo nutritivo a pesar de su nivel de procesado. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el yogur natural se procesa mínimamente, por lo que es la opción más saludable. El yogur se convierte en ultraprocesado cuando se le agregan sabores, ya sean naturales o no.

Hay que ir con cuidado, por ejemplo, con los yogures con “bifidus”, a los que se les atribuyen beneficios para la flora intestinal que no están completamente demostrados. Otros tipos de yogur, como el griego puede contener nata, mientras que otros como el kéfir incluyen otro tipo de bacterias.

Lo que tenemos que hacer es mirar la etiqueta para ver que lleva el yogur además de leche y fermentos. Si contiene azúcares añadidos, colorantes o estabilizantes y conservantes es que se trata de un yogur ultraprocesado.

En la etiqueta, además, los ingredientes se ponen en función de las cantidades. Si el azúcar está de los primeros, es porque ese yogur lleva mucho azúcar, por lo que es mejor evitarlo.

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